Arquitectura para niñas
Desde aquello que puedo recordar de cuando empecé a estudiar en la universidad, más de la mitad de la nómina de mis clases de carrera estaba compuesta de mujeres. “Es increíble como en los últimos diez años ha aumentado la demanda de chicas dentro de la carrera a comparación de cuando yo estudiaba arquitectura”. A pesar de que estas palabras tal vez no hayan tenido la absoluta intención de mirarnos por encima del hombro, me hicieron cuestionar el por qué entonces la mayoría de mis profesores graduados en esos mismos últimos diez años eran varones.
Viajo al año 2011, cuando la arquitecta y académica feminista Despina Stratigakos en conjunto con Kelly Haynes, presidenta de la AIA en Nueva York se encargaron de una importante gestión. Después de 52 años de haber creado alrededor de 100 versiones posibles de muñecas Barbie, Mattel lanzó la primera edición de la muñeca arquitecta. Su apariencia de vestido y tubo rosa era objeto de burla para muchos y muchas, burla escondida detrás de prejuicios sobre cómo debería vestir un verdadero arquitecto. Aquí me gustaría acotar un valioso criterio de Alexandra Lange al respecto:
“En la vida real, como en la fantasía, no es la ropa, es el personaje lo que hace a un líder”
De cualquier manera, Barbie provocó que la arquitectura saltara a la vista de muchas niñas pequeñas. Desafortunadamente todos los desafíos a los que las estudiantes y graduadas se estaban enfrentando, no podían resolverse con una muñeca y el dibujo de su casa de ensueño.